Relato puramente real y basado en mis propias experiencias (1 de septiembre de 2010)
Mi ventana da a un descampado en el que convergen la parte trasera de unas 11 fincas (o edificios). La noche ha caído, solo se oyen a lo lejos los coches desfilar por el puente de Peris y Valero. Me cuesta conciliar el sueño y cualquier ruido amenaza sacarme del adormilamiento que con esfuerzo consigo ir adquiriendo. Cuando por fin casi he entrado en la fase de paz y tranquilidad previa al sueño...
Mujer: Ahhhhhh
Hombre: Ahhhhh
Supongo que las voces de mujer y hombre provienen del mismo bloque, apostaría que del mismo piso, incluso diría que de la misma vivienda y ya jugándomela diría que de la misma cama u/o lugar escogido para la satisfacción sexual.
Mujer: Ahhh (los gemidos aumentan de volumen)
Hombre: Ahhh Ahhh
Mujer: Ahhhhhhhhhhhhh
Desconocido/Héroe: ¡¡CERRAR LA VENTANAAAA!!
No sé si fue por aquel desconocido héroe o no, pero los amantes se callaron, aunque creo que terminaron lo que practicaban en ese momento, la cuestión es que la serenidad reinó en el ambiente del descampado y pude dormirme.
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