viernes, 27 de mayo de 2016

AMANECE SIEMPRE CONMIGO


La luz que irradiaba su rostro transmitía paz. Su sonrisa sincera, espontánea, llenaba el dormitorio. El brillo en sus ojos mostraba adoración. Y tras dedicarle un mínimo gesto, ella arqueaba las cejas y carcajeaba ininterrumpidamente. Mas su voz… Esa voz que jamás me cansaré de escuchar, tan dulce, tan sosegada, tan cargada de amor. Sus palabras me mecían suavemente llevándome de nuevo al tierno sueño del que me acababa de sacar con sus aterciopeladas caricias y sus cálidos besos. “Ya es de día, mi amor”, había susurrado cerca de mi mejilla. Su cabello sobre mi piel me hacía cosquillas, me hacía sonreír. Su mano sobre mi pecho, acomodándose allí donde mi corazón latía fuerte y ágil por ella. Mis manos buscando su cara, tocando su linda nariz y sus carnosos labios. Belleza, perfección. Su perfume afrutado, su aroma a hogar. ¿Qué más podía pedir? ¿Acaso tenía derecho a solicitar atenciones? ¿No era simplemente suficiente amanecer cada día con su bonita figura junto a mí? Amanece siempre conmigo, te lo ruego. Léelo en mis radiantes ojos que se humedecen con tan sólo mirarte y sobreentiéndelo de mis carcajadas que todavía no puedo modular en palabras. Te quiero, mamá.

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"Amanece Siempre Conmigo" es un texto breve que he redactado para poder concursar en el concurso de Zendra sobre el amanecer.

Como no me gusta quedarme a medias, he decidido además ponerle voz al relato e interpretarlo en este pequeño vídeo. Espero que os guste y lo disfrutéis tanto o más que yo al crearlo. Gracias por leerme y/o escucharme. Se os quiere.



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