sábado, 29 de noviembre de 2014

Carta para Anón Nimón

Valencia, 29 de noviembre de 2014

A la atención de Anón Nimón.

Primeramente y antes de decir nada más, usted puede irse a la mierda por llamarme “payasa”. Como dijo Forest Gump: payaso es el que hace payasadas (creo que así no era, bueno da igual). Yo sólo escribo gilipolleces, así que o me llama gilipollas o no me llama nada, ¿ok? (ese “ok” leído con tono chulesco imperativo).

Me parece estupendoso que me dé su opinión, ciertamente, es de las pocas personas que me la ha dado. Sí, existe una queja implícita en esa frase. Me quejo porque no me llega demasiado feedback, pero oye, lo entiendo, a veces no apetece, a veces no se tiene tiempo, a veces no nos sale de la alcachofa. Pero, ¿que me gustaría recibir más opiniones? Respuesta afirmativa. Gracias por la suya, de verdad.

Me pedía disculpas de antebrazo, pues las tiene, no se preocupe. De antepierna le disculpo.

No me considero valiente. Quizá sí que lo sea más que usted, porque usted es un/una cobarde de campeonato. Que no cuesta nada dar la cara y más cuando al fin y al cabo se dicen cosas buenas. Le respeto. Es de respetar mantener el anonimato, pero se va a quedar sin una ronda de abrazos y besos virtuales, de castigo.

Muchas gracias por llamarme inteligente, pero no, no lo soy. Lo que soy es una loca de cuidado, o como dice Elísabet Benavent (Beta Coqueta), una loca del coño. Soy excéntrica y absurda, pero es mi manera de ser feliz, de ser diferente y encontrarme con mi lado más risueño. Me alegra saber que con mis tonterías le alegro la existencia. Ser de utilidad me rellena el corazón de buenas vibras.

Es cierto que la primera entrada de “la inspiración” era más sentida, más profunda en cuanto a contenido personal, y no es que la segunda sea más políticamente correcta (porque casi nunca lo suelo ser) simplemente que carecía de la magia y el toque de espontaneidad que tenía el primero.

Voy a continuar creyendo en mí y luchando, eso nunca lo perderé, sólo que a veces se me olvida cómo hacerlo. Seguiré dando por culo con strap-on, creyéndome ese osito verde de la portada de “Alguien que no soy”.
Toma lo que te mereces osito de fresa y que no te oiga rechistar, calla y chupa.


Gracias por su correo electrónico señor/señora Anón Nimón.

Se queda sin sus besos y abrazos virtuales como castigo.

Un saludo seco y mirada reprobatoria.


-MaCe

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